Oración a la Virgen Nuestra Señora de los Remedios
Si está pasando por un período de sufrimiento o tiene una gran angustia en su corazón, pídale con esta oración a Nuestra Señora de los Remedios que le brinde paz y confianza.

Oración a Nuestra Señora de los Remedios para terminar con el sufrimiento
La Santísima Virgen, Reina del Cielo y la Tierra,
Señora de los Remedios,trae medicina para mis males,mis dolores y mis aflicciones.
Seca mis lágrimas y libera mi corazón de este dolor en mi pecho.
Te alabo y te agradezco,Señora de los Remedios,por la dulce curación que me traes,por el aliento y el coraje con el que ahora vivo cada nuevo día.
Amén.
Oración Milagrosa a Nuestra Señora de los Remedios
Oración:
Soberana Virgen del Cielo y de la Tierra, estrella brillante, Señora de los Remedios, sé en mi nombre Madre de Dios, sé el remedio efectivo para mis males, mis aflicciones, mis martirios, mis obras, líbrame de la peste,, libérame de este dolor que sufro, este peligro en el que estoy, esta trampa que me han tendido, defiende mi justa causa, lanza tus ojos misericordiosos a mi alrededor, el pecador más indigno e infiel, echa a la Virgen Santísimo, que tus ojos de piedad estén sobre mí con esa ternura que arrojaste sobre el Sagrado Cuerpo de tu amado Hijo Jesucristo cuando te liberaron de un abuso tan cruel.
Si tienes lástima de estos torturadores desagradecidos, ¿cómo no puedes hacerme llorar, que clame contra tanta maldad ante Dios tan amable?
Ora, Señora de los Remedios, a tu Hijo más amado por mí, pecador, para que pueda entrar sin miedo en esta corte celestial donde reinas para siempre. Amén
Reza tres Nuestros Padres, tres Ave Marías a Nuestra Señora de los Remedios.
Oración a la Virgen de los remedios para protección
Oh bendita Virgen, te alabamos, bajo el título, para nosotros tan queridos, de Nuestra Señora de los Remedios.
Cada uno de nosotros confiesa que está enfermo del alma, pero al mismo tiempo, cada uno de nosotros también reconoce que nos has dado a Cristo, el remedio universal para todos los pecados del mundo. Por lo tanto, postrados a Tus pies, suplicamos sinceramente que a través de Tu intercesión se nos apliquen los méritos infinitos de la Redención.
Confiamos en su omnipotencia suplicante, porque sabemos que el Señor ha puesto en sus manos la distribución de favores celestiales. Dígale, como María de Betania, que la persona que ama tanto está enferma.
Tráenos la gracia divina suficiente para cada estado de la vida y muévenos para que sea efectiva a través de nuestra correspondencia fiel.
Llévate, Señora, toma de este tesoro inagotable, que es el Corazón de Tu Hijo, esta gracia que con particular fervor te pedimos. Danos que perseveraremos dulcemente, incluso hasta la muerte, en tu amor y en el de tu Hijo Jesús, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Que así sea.
Esta oración es por una novena. Solo agrega 3 Avemarías y una Reina Ave.